«Espectacular y emocionante» la conferencia magistral del XXV Aniversario de Angeco, conducida por Miguel Ángel Pérez Laguna

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En el XXV Aniversario de Angeco, la asociación veterana ha apostado por contratar el sello, el espíritu y la inmensa energía del grupo de comunicación humana líder para hacer su conferencia más significativa

Y es que vamos a hablar con ganas, con emociones, de talento. El talento real que influye sobre los demás

 

 

Parece que el talento se ha convertido en una rara avis,  oculto a los ojos de muchas empresas temerosas de hacer demasiados movimientos, en un momento donde hacer acopio de talento parece poco productivo a corto plazo, con el fin de sobrevivir a las dificultades de un mercado exhausto y con pocas alternativas

Hace bastante tiempo que los ciudadanos están curtidos en los cantos de sirena que en ocasiones nos llegan de los expertos en ser expertos habituales, diciéndonos cuando la crisis se acaba, o comienza, o vuelve a renacer de sus cenizas. 

Sin embargo, ha llegado el momento de que el talento tenga su influencia real en el mundo de la empresa

 

 

Estamos en la época del talento real

 

 Talento con mayúsculas, sin ambages, decidido, talento que viene con la lección aprendida, con nuevas ideas, con ganas de romper esquemas, con la fuerza suficiente para empezar a considerarnos afortunados, para ser competitivos no sólo en términos macroeconómicos sino en la base del futuro: el día a día.

El talento, el que ha permanecido agazapado , el que va a redefinir nuestras relaciones profesionales en términos de objetivos, competitividad y hambre de éxito.

 

El propio concepto de talento está experimentando un cambio de imagen

 

El concepto siempre ha sido el mismo, pero en los últimos meses muchas empresas comienzan a darse cuenta de su perfil transformador.

De que las personas no son “bricks” que se amontonan en una cadena improductiva movida por la inercia, sino que pueden ser catalizadores de cambios desde su propia especialización, convirtiendo a los empleados en socios de negocio.

Ni todos lo ven aún, ni muchos serán capaces de que esta visión anide en su forma de dirigir las cosas, pero el talento ha venido , regresado para quedarse y hacernos mejores con los mejores.

Quien quiera seguir en el siglo pasado estará en su derecho. Pero no estará más en la vanguardia.

Y sólo lograremos que ese talento florezca si lo apoyamos y le damos el cariño necesario para que nadie quede atrás.